Indio Maturín (Cacique Chaima):
El Indio Maturín nació en las riberas del Guarapiche, siendo hijo del viejo Cacique Maturín, bautizado por los misioneros franceses.
Este dirigió la rebelión caribe de la primera década del siglo XVIII contra la penetración y conquista de los españoles, alzando en armas a los principales caudillos indígenas de toda la enorme comarca del Guarapiche.
Protegió a las tribus que le obedecían hasta lo último. Cuando ya no podía resistir más al poderío de los peninsulares, sucumbió nimbado de gloria. La tradición le recuerda al lado de su mujer, la cacica Yarura, y su hija, la princesa Yarúa.
Logró agrupar toda la fuerza aborigen que merodeaba entre el Guarapiche y el Amana. Su capacidad organizativa, su valor a toda prueba, el amor por su gente y la resolución de combatir hasta morir le confieren supremacía sobre sus lugartenientes: Achacapraca, Iguanaima, Tuapocan, El Herrero, Cunaguara, Canaguaima y otros. Como digno émulo de Cayaurima, Urimare y Toronorín, supo golpear duro a los conquistadores, hasta que todo fue perdido.
En diciembre de 1718, se enfrenta a los edecanes del gobernador de Cumaná, José Carreño, y cae en un combate desigual, a bala y flecha. La ciudad invicta perpetúa su nombre. Por ello, el escultor Efraín Villarroel Moya esculpe su imagen en un monumento de piedra en 1960 con ocasión de los 200 años de la ciudad. Hoy la ciudad evoca el coraje y la lealtad de este valiente cacique.