Si bien no es tan fácil como se cree, en realidad basta con seguir unos pasos básicos para no errar en el intento.
Primero hay que informarse sobre qué especies son más adecuadas para el lugar donde se desee plantar, ya sea el monte o el jardÃn.
Como es sabido, cada tipo de árbol precisa de unas condiciones climatológicas y de riqueza del suelo distintas.
No es lo mismo un suelo más arenoso o más compacto o con una acidez mayor o menor, que dependerá del sustrato predominante, ya sea caliza, arcilla, turba�
Además, esto es fundamental porque si se plantan varios árboles hay que dejar un mÃnimo de 3 metros de distancia entre ellos.
En acción
También conviene ser exigentes al momento de adquirir las semillas o los plantones. Hay que buscar lugares de confianza, donde se garantice la calidad genética y unas mÃnimas condiciones fitosanitarias. Y si prefiere los arbolitos a las simientes, tienen que venir con cepellón.
Otro de los pasos previos es elegir el lugar más adecuado. No cerca de cañerÃas o tuberÃas enterradas, ni junto a paredes o construcciones para evitar molestias futuras. Es preferible en una huerta o espacios ajardinados que requieran sol.
Cavar el hoyo con antelación
Una vez elegido el sitio, conviene despejar el terreno para que el árbol joven pueda crecer vigoroso, sin tener que competir con otra vegetación.
El hoyo debe tener alrededor de 40 centÃmetros de alto, ancho y profundo y, de ser posible, abrirlo un par de meses antes de introducir la planta para conseguir una tierra con mejores propiedades.
Al final, plante las semillas o el plantón, tomando en cuenta que esté bien humedecido el cepellón como un primer riego que le ayudará a sobrevivir. Coloque la planta recta y con la tierra bien ajustada a su alrededor, y tapando la raÃz completamente.
Si le añade abono, éste no debe tocar la raÃz. Ponérselo también tiene su pequeña ciencia: hay que enterrarlo a un palmo de la planta y no excederse con la cantidad. Si lo estima conveniente, por último, el árbol puede ser protegido con mallas que lo rodeen, para evitar que lo maltraten y garantizar su buen crecimiento.
Para el jardÃn
Si busca obtener frutas frescas y sanas en su propio hogar, una buena alternativa es plantar árboles frutales y en forma orgánica que pueden ser de naranjo, durazno y peral, que además de proporcionar alimento, deleitarán con su belleza, especialmente al momento de florecer y fructificar.
Al tomar esta decisión, adopte algunas precauciones para que las raÃces no perjudiquen los pisos y cimientos de la casa, ni afecten tuberÃas u otras instalaciones. Lo ideal es elegir especies con raÃces poco invasivas y, si es posible, dejar una distancia de 4 a 5 metros entre el árbol y la construcción.